Comienza la cuenta atrás… el verano ha llegado. ¿Has empezado a hacer alguna dieta milagro? Párate y piensa… Adelgazar a toda velocidad tiene un precio muy alto: tu salud.
¿Qué sucede con estas dietas?
Hay que ser conscientes de que la dieta del pomelo, la de la alcachofa o la del astronauta, carecen de base científica. Este tipo de dietas son deficitarias de algún nutriente esencial y pueden acarrear problemas de salud si se utilizan de forma continuada, además de que no son útiles para conseguir su objetivo (reducir peso de forma sana y duradera) y causan el llamado «efecto yo-yo» o rebote.
Peligros
Un uso prolongado de esta clase de dietas puede llegar a causar alteraciones gastrointestinales, cardiovasculares, mareos, pérdida de cabello, ansiedad, irritabilidad y depresión. Reducir drásticamente la ingesta de calorías nos lleva a que nuestro metabolismo se vuelva en contra. Los niveles de grelina, hormona del hambre, aumentan, y los de leptina, la hormona de la saciedad disminuyen. Tienes cada vez más hambre y al mismo tiempo te sientes menos saciada.
Adelgaza con cabeza. Las dietas milagro no existen
- – Come a horas fijas. No piques ni te saltes comidas.
- – Muévete. La actividad física es importante. Basta con 30/60 minutos de paseo diario.
- – Añade fibra a tus guisos de hidratos de carbono. Incorpora verdura a la pasta, el arroz y las patatas.
